martes, 19 de enero de 2010

Todos se creen sabedores pocos viven LOGOS SAPIENTIS

Este texto jamas fue publicado, solamente leído en una conmemoracion hace ya varios años. Como el LOGOS no conoce de tiempo ahi va para los que quieran jugar a la SAPIENTIA
Asistente General

Erudix, ratón, el viejo y sabio bibliotecario de la municipalidad de Ratilandia, instruía al trío finalista de preselecionados en el concurso de méritos para ocupar el cargo de Asistente General de la reputadísima biblioteca a su cargo. La palabra impresa, decía solemnemente, es la Memoria del mundo. Sólo lo que se nombra existe. Únicamente lo escrito es Historia. ¿ Y, los cuentos de mi abuela, maestro?, preguntó Indagator, el más osado de los postulantes. Eso es tradición oral, leyenda, memoria de los antiguos, replicó el erudito roedor de bigotes largos, caídos y canos. La historia oficial debe ser registrada, impresa, salvada. ¡Disco duro, disco duro! entonaron los ratones aspirantes riendo. Disco duro, repitió el anciano y sonrió también.
Hace dos noches, empezó a decir Borgiano, recopilador del grupo, encontré un manuscrito nunca visto antes, que describe una leyenda antigua, olvidada, La peste humana. El texto narraba como un ratón pastor armado únicamente con su rondín rescató a la capital de los roedores de la invasión de los bípedos parlantes. A medida que el recopilador leía el texto sus compañeros se quedaron sin habla, sin palabra, impresionados por el descubrimiento. La historia era cruel y desalmada. Fruncieron sus hocicos y se rascaron las orejas meneando sus colas calvas en señal de sorpresa y reprobación.
El poder de la palabra. El Poder, pensó el bibliotecario alisando sus bigotes blancos atento y sin mostrar turbación. Cuando se hizo el silencio final, el sabio tomó el pergamino y de un tascón lo engulló íntegro. Los alumnos perplejos, mudos aún, abandonaron la reunión. El más joven, el que no preguntaba nada, Meditator, ese del que ni se notaba su presencia, se marchó reflexionando, Hay memorias que salvan pueblos, hay memorias que los matan.
El día que asumió su cargo el ratón asistente seleccionado colocó sobre su escritorio un rótulo con su nombre, función y epígrafe, MEDITATOR, ASISTENTE GENERAL, Memoria y discreción hacen la formula de la sabiduría.

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