miércoles, 6 de enero de 2010

Invitacion a un malabarista de lo impoluto

Hoy me permito incluir un texto de un buen amigo que me escribió desde un doblez del espacio tiempo donde ya los nano segundos son nanomilimetros de suero y sudor... Hoy tambien recuerdo que "No todos podemos ser pulcros" , para eso se ha inventado SOLEX y el ex-tropajo de aluminio
A su salud mi amigo...
Faciendo la via del calatrabeño a Guayaquil vencido del sueño, llegando de la caribeña isla de Cuba, tuve un sueño y vì que el mundo era lleno de paz, regrese a mi infancia cuando mi padre y mis abuelos viejos circenses me preparaban en la Liguria para los saltos de Trapecio, cuàn equivocados y cuàn llenos de afàn y amor me inculcaron concimientos ancestrales para dar saltos y caer en redes, me enseñaron los trucos y las leyes, las normas y las estricteces, sin olvidarse del doblado de la carpa y el cierre de las sillas, de como guardar los leones y de como amaestrar a las serpientes y dar de comer en la boca a las hienas, no sabìan ellos que sus instrucciones poco tiempo me servirian, pues actualmente los trapecios son inteligentes y las cuerdas se amarran desde un call center en la India, la carpa se dobla automaticamente cuando se cierran las puertas, las sillas ya no se cierran son de plàstico sòlido, a los leones se les pone pildoras pets para su alimentacion, a las serpientes se les da cursos on-line y a las hienas se les suministra sueros a distancia, pero si me dieròn las normas y patrones inalterables de la vida que son la ètica y la honradez, la moral hasta digital y el temor y amor a Dios que es inmutable.

Me inicie en el trapecio a temprana edad y luego lo desheche para estudiar quimica y farmacia y trabajar como se debe segùn decìa los hìpòcritas de mis allegados, pues ninguno de ellos trabajo como se debe sino que nos cuenteaban a los menores, pero asì es la vida, ese mal ejemplo no lo sigo y vivo tratando de no cuentear a nadie., regrese al trapecio casi como que por vocaciòn tardìa, cansando de que los pies me quemen en la arena del circo, de que el call center en la india nunca contesta y no hay como amarrar las cuerdas, doblando a mano la carpa pues el automàtico se daña continuamente y no hay plata para arreglarlo, hasta me he olvidado que por volver a dar de comer en platos a los leones, por silbarle a la serpiente y por estirar la mano a las hienas, me siguen mordiendo la mano......


pablo el trapecista

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