miércoles, 7 de agosto de 2013

Texto que fue leido el 31 de julio del 13 en El Alero durante la presetacion de Hermano Sol Hermana muerte de Marcos Rivadeneira



Vivir, optar y mutar

El único ser humano que merece vivir es aquel que duda si morirá, escribí al final del inicio del libro de Marcos Rivadeneira que hoy nos tiene reunidos… Sigo creyendo en la misma idea, pero al mismo tiempo también pienso en que: con las palabras todo cuidado es poco pues mudan de opinión como las personas, ya que el lenguaje nunca será un producto terminado o estático, es un ente vivo, fluctuante,  y como tal puede optar y mutar.  Dudar si moriré me da la seguridad de que estoy viviendo, pero dudar sobre la muerte del otro, ese infaltable: No puedo creer que este muerto, de los velorios; seguido del insustancial lugar común: Si lo vi bien hace solo x días…, esa vana duda no revivirá a nadie. Entonces, surge en mí la reflexión de Mary Shelley en su Prometeo moderno: ¿Cómo crear una nueva vida con fracciones de seres que ya vivieron?  Los incorpóreos valores de la espiritualidad no lo han logrado; la voluntad materialista de la más avanzada tecnología tampoco, ni los recursos grises de la más negra de todas las hechicerías. La única respuesta que me tranquiliza es  acercarme a los referentes, a todos los antecedentes de la humanidad, donde reside la posibilidad de lo inmortal y de la transferencia de lo consciente.  Vivimos en el otro.  Somos en mucho parte de quien nos precedió y estaremos en los que nos sucedan. Y como los referentes están hechos de lenguaje, decido volverme a mi jardín de letras, a cultivar verbos y palabras para alimentar relatos que fortifiquen culturas y engendren civilizaciones.
Hasta aquí este ad demdum al texto que encontraran al inicio de Hermano Sol hermana muerte y que va como sigue…
A  Marcos Rivadeneira,


Le dije un día, ojalá lo recuerde,  que según Benjamín Carrión la poesía enseña la palabra que no oigo y que no digo, el secreto viene anunciando al poeta.  Y cuando la poesía es imagen, digo yo, habrá que revelarla en  aquello que ni veo ni proyecto.  Ahora, llega con esta mención creada sobre un poeta de imágenes y muerte, el hermano que nos deja y se nos fue allá, donde sí se oye y se ve, donde se dice y se proyecta, allá donde no hay equívocos y todos somos poesía…
¿Sabe el animal que muere al morir? Hermano sol, hermana muerte. Francisco de Asis…, está en todos.  Y el tema produce una serie inmensa de cuestionamientos, a mí: ¿sabe la vida que el vivo cree en la muerte? ¿Habrá en la muerte alguna vida?, por citar un par que brotan de  líneas de Rivadeneira como: “cascada vívida, escondida detrás del mismo señuelo”, “qué imágenes te aconsejaron que no retrataras al diablo”, “terminó la danza, terminó la noche, te fuiste murmurando oraciones de colofón”
Todo lo más bello está escondido.  Nada más escondido que lo que se enreda en la intención y que nunca sonará, lo no dicho impreso detrás del vaho: Nave cautiva  donde inscribimos la silueta de un árbol, página gris que no se evapora sin que se lleve algo de nosotros, parafraseando a José Emilio Pacheco.  La incógnita permanece.
Muerte, según Francisco del Rosal en su diccionario etimológico  de 1560: “de morte, latín, y éste de moros  que en griego es división y apartamiento, y la mesma muerte, porque la muerte lo es”. En Rivadeneira encontramos ritmos anchos y largos, polifónicos, que dividen y apartan sin llegar a ser homicidas; al contrario: anchos como un buen parto, extensos como el primer aliento. La otra vida me llena cuando cierro el poemario de Marcos y me atrevo a invitar a los lectores a experimentarlo, porque leerlo no basta.  Ojalá suscite en ustedes respuestas o creación. 
Mi otra calavera


Esa calavera dejó de visitarme
porque un día le pedí, No traigas yermas
tus encías chimuelas.

Desde entonces encuentro uñas moradas
y caninos sangrantes bajo mi almohada.
A veces pienso que son una advertencia
para no deprimirme,
de seguro son su única forma
para decir que aún
me espera hasta cuando yo quiera.

Y, si algún día pensaste haber llegado a lo sólido
entiende que solo el colchón de musgo
es lo que te cobijara de gratis
asegúrate un buen palco
sobre el telón de los episodios nuevos.

Cuando no sepas si continuar aplaudiendo es prudente
improvisa y llórate un baile,
ríe de muerte y duerme.

         El único ser humano que merece vivir es el que duda si morirá.



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