Este texto fue leido en el marco de La Feria Internacional del Libro de Guayaquil, el 16 de octubre.
De tanta ternura queda un rastro de asco
Como en el holocausto de los lirios
Primero hemos de entender qué es la ternura para así
arrojarnos a descubrir la Otra Ternura. Y, en este caso habremos de recurrir al
mataburro, XXII edición: Ternura, fem.,
calidad de tierno… ya comenzamos
mal, el idioma machista ya le da genero, o sea una diferencia, Es “La” no puede
haber un sentimiento ternurico, si un
padre se fotografía con su hijo en brazos brillando sus ojos conteniendo
lagrimas de alegre orgullo no se puede hablar de lo ternuro, será siempre la
ternura en ese hombre… Qué hetero
normativo que es el lenguaje. Y, ni que hablar de las nuevas fotos familiares,
donde dos machos llevan de la mano a una niña al parque. Pero, prosigamos, en
la información toca ahora saber qué es lo tierno; a lo que siguen muchas
acepciones: Adjetivo y es de doble género, que se deforma fácilmente por la
presión y es fácil de romper o partir.// 2. Reciente, de poco tiempo.//3.
Afectuoso. Así que lo que se deforma
fácil o fácilmente se rompe o quiebra, es tierno. Lo reciente, lo nuevo, lo no
maduro, lo verde… La niñez, que no la infancia.
En lo afectuoso, cariñoso y amable reside lo tierno con su calidad de
ternura.
Lo más tierno en el ser humano es la piel. Pues, cuando
se ve más madura es cuando de tanto ser nueva, nuevamente, se la siente grumosa
y agrietada. Cada treintayseis horas
tenemos piel nueva pero ya no es la primera ni se la siente igual… Es en esa superposición de nuevos Yos que se
nos va la ternura. En la incapacidad de
regresar a el primer Mi donde se construye la madurez. Y como ya no los tengo ni los soy, los busco
en lo que si se siente debutante.
Lo útil que es el
amor a la revolución ordenadora es proporcional a lo que es la ternura a la
revuelta organizativa. Héctor Hernández
La
ternura es, quizá, la más fundamental de las operaciones del Yo emocional, o
dicho, de otro modo, de los lenguajes emocionales; es libre, no se restringe a
edad, raza, sexo, género, estado de salud, religión, clase social. Ni siquiera
es exclusivamente humano. No es discursiva, sino realizativa. No se habla, se
está haciendo. Gerundia la realidad.
La
Vivencia de la ternura anula el tiempo cronológico, hiperconecta con
dimensiones no verbales, cósmicas, Es un infinito presente. Desde allá no
existe la ordinariez del pasado o el futuro. Todo es. Deviene. Deviene ternura
y no amor. La vivencia de la ternura es psicomagica y desnuda, no exige
propiedad ni dominio. Está fuera del mercado. No se celebra ni tiene día donde
comprar es creer.
No
hay escenografía. No hay guión. No hay discurso amoroso. Para HH: Es lo menos
parecido al amor. Ese sí se restringe contextualmente. Es enunciativo. Egoísta.
Busca la conveniencia y el retorno. Está interesado en la propiedad privada del
deseo.
En lo subsiguiente hablaran las voces que llevamos la
etiqueta “Desde la Ternura, siempre” a ver qué les parece.
De Luis Franco,
Aquí murió algo que saboreó el odio en la
Voluptuosidad de los cuerpos
En este costado, la pus y el vomito
Escriben la condena
De la perra que tengo atada al pellejo y la rabia
El demonio femenino que habita en mi se
Desvanece
Cual es el acto reparador
De ese NO que mancha las manos
Cuarenta mil jovencitos poblándote el verano
De Don Cuca,
Cuando un niño toma el mal camino
suele aparecer de la nada un lobo
Cuando un adulto comprueba
que su sendero ya no es bueno
debe ser porque el coyote
lo acompaña desde el ocaso
y las hienas han batido risa estercolera
en cada huella marcada de su recorrido
Me
asusta esta otra ternura
quien se la llevara
y hasta dónde
Pregunté a la madre de la realidad
y me contestó tan honesta y justa
A las fauces de Luppus
pues la presa más disputada
ha sido
siempre la más tierna
a la salù depredadores
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