jueves, 30 de octubre de 2014

Texto para ser leído en la presentación de la novela Máscaras Extrañas de Max Vega, el 17 de Octubre de 2014 en la Alianza Francesa de Guayaquil.


2DAMA2
ALFIL Y CABALLO

Una cárcel es la palabra
y su libertad reside en pronunciarla.
Una máscara es el lenguaje
y su develación se alcanza al saber llevarlos…

Este maletínjaula contiene tres secretos… Marilyn, Ken y la presentación de Mascaras Extrañas de Max Vega.  
Debo empezar y terminar esta lectura con poética de arenga y cuadrícula.  Iniciarla porque habiendo esperado a Carmen Vascones para este encuentro  no pudo acompañarnos y como su voz es poesía leo su último con ese justo tono:


LA PIEZA  ES LA OBRA Y TU TRABAJAO
MAX
TÚ MISMIDAD DE ESCRITOR…

EN LA NOVELA HAY ESPACIOS,
CANCHA,
TABLERO Y PARQUE,
AULAS, PIEZAS, CUARTOS,
FOTOS, ENTRETELONES DE PINTURAS,
LIBROS QUE CADA PARTICIPANTE  EN  TU  LIBRETO   LEE,
QUE IMAGINA UNA ESCENA,
GUIONES, VIÑETAS, PERSONAJES.
Y
EL ACOSO DEL JUEGO ENTRE LA ESCRITURA,
LECTOR Y LOS INTERSTICIOS DEL LABERINTO DEL TÚNEL,
DE LAS PUERTAS,
DE MONTAJES Y DESMONATAJES DE LA TRAMA.
QUE COBRA VIDA O ELIMINA LA PIEZA
SEGÚN LA OBSECIÓN DE LA PERSECUCIÓN...
QUE ABRE LA PUERTA A LA ESCRITURA
EN ESE CONVIVIR HASTA ELIMINAR "LA PESADILLA".
LO REAL DE LA LITERATURA:
DAMAS, PEONES Y REYES
RESISTIENDO SER ELIMINADOS POR SU CREADOR.
LA VIDA Y  LA MUERTE  EN  EL  ENMASCARAMIENTO
Y DESENMASCARAMIENTO  DE  LA  MÁSCARA QUE SE APOYA EN LA
PIEL Y EL PAPEL...
         Gracias, Carmen…
Creer o no creer… ¿Qué tienen en común Marilyn y Ken...?  Que ninguno de los dos tiene pene… Ella se llama Juan Francisco Casanovas y el no es anatómicamente correcto…
La credibilidad es todo.  Me lo creo o ¿no? Inclusive a sabiendas de que el texto recrea un universo ficcional totalmente fantástico,  si el autor no es capaz de darnos una narración verosímil, los lectores, defraudados perdemos la fe.  Sí señores, dije Fe, con mayúscula, porque les recuerdo que autor, narrador  y anécdota hacen la trilogía creadora y divina; padre, hijo  y espíritu en rito permanente es lo que los lectores esperamos.  Entonces, creemos…
A Max Vega, lo conocí en mi tercer y último intento de quedarme a vivir en Quito, hace ya un poco más de cinco años, cuando él aun no sabía que lleva el germen de la trilogía creadora en su simiente.  Y es que, ¿saben ustedes que a quien cuesta más convencer de este talento es a uno mismo?  Porque uno quiere creer, pero  como el más verás de los discípulos, uno duda…, uno tiene que dudar como Tomás.   Nunca he yo dudado de la calidad del amigo, siempre creí en el talento del autor, me convenció en todo momento el tono, la prestancia y hasta la arrogancia intelectual de la voz narrativa.  Y de la anécdota…, pues ya lo verán aquellos que compren el libro; y los reto a que descubran qué personaje habla como yo… Por ahora mis felicitaciones a Max y a la editorial que hace que nuestros sueños y ritos profanos les lleguen a ustedes, los merecedores; y, a continuación, el prólogo de Mascaras Extraños  que es mi condumio que le he puesto al sánduche  poético prometido en esta lectura:
  
Leer para Creer
No podía creer la escena que estaba contemplando, cuando el profesor Dimitri Cordero entró en ese apartamento destartalado de la calle Asunción… Una mañana de mayo de 2008 – pocos meses después de la partida de Valentina…  Estas son las tres primeras líneas de la novela de Max Vega…, así comienza.  Y, de verdad, no pude creer que esas mascaras extrañas  llegadas a mi escritorio se convertirían en la novela que hoy tengo el gran placer de prologar. No porque no confiase en la capacidad de su autor  sino, más bien, por  la sorpresa que me generó la primera lectura. 
Hoy ya creo en todas las máscaras y en Vega.  Y las razones, como ellas,  son múltiples:
“Seguramente conozco a quien lo hizo, porque él me conoce. Ahora quiso que apreciara su obra. Sé que no moveré un dedo para encontrarlo, él vendrá a mí, esclavo del ego.” Se dice, Dimitri, el investigador; y esa reflexión ha de llevarnos, por todo el relato, a aceptar que la voz narrativa nos supera en todo y que, por tanto, quisiéramos ser como él.  Como el narrador, digo, pues como en la buena construcción de suspenso, plantea la lucha del ego interno entre los lectores y los elementos formales de esta novela: personajes, narradores, ambientes, atmosferas, tiempos. Todos ellos se cuelgan de la más honesta intriga; pues, como el ilusionista profesional y de mayor experiencia, nos hace creer que hemos perdido la pista cuando la tenemos en frente; no truquea la ocultación con la táctica del prestidigitador barato en feria de pueblo que lleva la paloma bajo la manga.  Todos los personajes son verosímiles justamente porque saben cómo ocultarse del resto, de sí mismos y de la avidez lectora. Seres de tinta y sintaxis que viven verbalmente como en la vida misma: siendo en lo que no dejan ver que son, en sus deseos callados, en sus ilusiones no reveladas, en las ansias y en los sueños.
Samuel Vargas, el doctor Molestina, la señorita Ortega, y los alumnos de la Universidad Humanística sumados a los teatreros de la calle, escritores del anarco cultural grupo literario  La Vulva Rabiosa, conforman las no pocas piezas de una intrincada partida de ajedrez que Vega nos obliga a presenciar y en la que tomamos parte como el timer de cada jugada.  Y los, Chuta, claro, cómo no me di cuenta, se nos salen a cada rato.  Porque en esta novela todo tipo de lector tiene cabida: el literato intelectual tendrá harto referente para discutir, el deportista también, ni se diga de los antropólogos y sociólogos, el arquitecto, el historiador, el crítico de arte, el drogo contumaz y el borrachín de esquina, la actriz ninfómana que mientras encuentra un papel estelar es mesera de fonda con fama, hasta el sodomita seductor lleva su regalo… Todos los que se acerquen a estas máscaras encontraran un nicho para reconocerse, un gesto para entender que uno es también lo que prefiere no ser, un dialogo que algún día debió haber dicho porque existe alguien que se lo merece.  Y es que, no me crean a mí, recuerden que es más importante Leer para Creer, y lanzarse  a esta aventura para encontrar que los hechos narrados fusionan palabras, lugares y seres con la intensidad del drama barroco, con la calidad de los montajes  de Visconti; es decir que, para Vega no es suficiente con crear un buen protagonista o apoyarse en una voz narrativa cautivadora, ni recrear un Quito ficcional tan verosímil que supera al de la realidad real; Vega se da el lujo de reinterpretar la psiquis de sus personajes en los ambientes que los rodean, ajustándolos ambos a los tiempos precisos que se requieren para crear atmosferas de acción contundente, para muestra este botón:  “En medio de la nave central del Mesón se quedó con la mente aletargada, el lápiz entre los dedos y un vértigo lacerante, las paredes levitaban mientras ella se mantenía indemne en el punto más bajo de un abismo en forma de espiral ,cuya fuerza de gravitación demolía su cuerpo para, al término de un tiempo indeterminado, la reconstruía, por desgracia, con la misma forma. Había quedado inmersa en un laberinto auto impuesto…”
A leer pues, si quieren saber quién ha vivido esta experiencia, si quieren conocer El Mesón,  si les interesa adónde lleva el laberinto y si todo esto existe.
Sí, Máscaras Extrañas es una novela que equilibra congruentemente  propuesta y subtexto con sus elementos de forma: Sus muchísimos personajes no son excesivos ni gratuitos, se construyen en la cadena de los hechos que describen, están allí por necesarios no por decorativos; sus diálogos retratan nuestra cultura en sus espacios que copian una realidad en la que la ficción perdona al asalto brutal o al secuestro express.  La dosis de protagonismo en sus personajes es la ilusión mejor lograda, y por esa misma razón los invito a la investigación lectora.  Desenmascaren a diestra y siniestra, sin temor pero tampoco con mucha esperanza, transiten los oscuros pasajes del frio calculador que Vega les propone elegante pero desvergonzado, cultísimo pero perverso, sarcástico e irónico pero, afortunadamente, sin ninguna intención de reivindicar géneros, ni  clases, ni etnias, ni siquiera su propio discurso o la intención del narrador que se nos presenta en el penúltimo capítulo.  Sí, señores, Máscaras Extrañas  es una novela doble,  de doble vía, de ida y vuelta, de múltiples carriles, casi una autopista de alta velocidad donde el que se duerme cae a un abismo acolchonado al que, como dice el protagonista...: “Entonces volveré a buscarte. Y te encontraré de nuevo. La daga de orejas te aguarda. Siempre intentaré acabar contigo” Y recuerden que como en el catecismo, para Creer hay que Leer.
Entonces, embriagados de Fe lectora les pido seguirme hasta el cierre con una oración y bienaventuranza:
Cada hombre lleva su propio desierto civilizado, isla de sí mismo donde ha naufragado, dijo Henry Miller en su Big Sur y las naranjas de Hieronimus Bosch.  La felicidad, relativa o absoluta, es ajena a la cuestión, continua; porque detrás de todos encontramos siempre a un animal encubierto y encontrar la máscara perfecta es nuestra obsesión más profunda.
Esta noche como Malicio el del País de las Pervertidas he venido a ayudarles a conjurar, si me acompañan en la oración final,  el deseo preciso que les llevara a descubrir su más preciada obsesión.


Plegaria a San Malicio el del país de las Pervertidas
Patrono de la máscara precisa.


La vida es la pista donde actuamos todos
Estrellas, magos, trapecistas, domadores de tigres y bailarinas,
Encantadores de serpientes, mujeres barbudas, hombres de goma y siameses
Cantantes populares, pintores, poetas y payasos.

Antes que se deje caer el último telón
Después de que se acalle el eco del más tímido aplauso
Recuerda que eres tú el dueño de ese circo
En que reír nada cuesta, la ilusión es plato barato
Y el placer lo sirven con leche dorada

Hoy frente al fuego prometo que si ofrendas tu máscara
Renovarás una función más del espectáculo
Que capturará un público nunca antes visto
Atento, emocionante y generoso

Hazme caso y…
No temas exigirle al universo  lo que te mereces,
Camina conmigo, convéncete de que todo es tuyo
Porque todo es nuestro.

Ahora, en silencio invoca tu deseo, haz tu promesa


Súbete a tu escenario de tablas lustradas
Por el sudor de los amores compartidos,
Para que en tu vida y pista la arena de la envidia
Resbale y se deshaga en sal y sangre
Que solo para las almas generosas  son dulce y vino

Conjura conmigo,
Repite convencido
Yo soy un ocaso majestuoso bramando sobre los océanos
Derrochando jugoso el gusto divino
2DAMA2
ALFIL Y CABALLO
2DAMA2
ALFIL Y CABALLO

Para todos y todas,
MASCARAS EXTRAÑAS
Que así sea.


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